Un grupo de 15 consumidores y consumidoras de la IGP Ternera de Navarra, figura de calidad Reyno Gourmet, han podido disfrutar este fin de semana de una experiencia inolvidable, sobrevolando en paramotor la zona de Burguete. Se trata del premio de la acción promocional “Vuelos al Origen / Hegaldiak Jatorrira”, en la que han podido participar los/as consumidores de Ternera de Navarra con sus compras realizadas durante el verano. El grupo lo completaba Patxi Zaraitzu, de Carnicería Argondoa-Zaraitzu, que también ha sido premiada con uno de los vuelos.
El grupo llegó el sábado, 5 de octubre, temprano a Burguete, con el termómetro marcando tres grados. Enseguida comenzaron los vuelos, que se sucedieron cada 20 minutos. Paralelamente, quien no estuviera volando, pudo formar parte de alguna de las dos visitas a ganaderías que se realizaron de la mano de Fermín Irigaray, Presidente de la IGP Ternera de Navarra, y sus hijos Fermín y Unai. En ellas, Fermín explicó que “Hay que acercar el mundo urbano al rural, para que vean aquí qué es lo que hacemos y por qué esto que hacemos tiene un gran valor. Que tenemos que sentirlo todos y todas como algo muy nuestro y de lo que tenemos que estar muy orgullosos y orgullosas. Nuestra ganadería siempre tiene las puertas abiertas para quien quiera visitarnos”. Además, añadió que “Este es un modelo de ganadería en el que toda la familia es ganadera, aunque no se dediquen al 100% a esto, porque es una extensión de la casa y de la familia”. Al ser preguntado por el motivo por el que eligen estar certificados por la IGP (Indicación Geográfica Protegida) explicó: “Para nosotros es una tranquilidad. Sabemos que nosotros lo hacemos bien, y que el producto que llega al mercado también porque toda la cadena está controladísima. Es una garantía de que todo el proceso se hace siguiendo unas normativas europeas con las que no hay dudas sobre la calidad, la raza, el modelo de crianza, los cuidados veterinarios, la alimentación…”.
A media mañana, todo el grupo pudo disfrutar de un almuerzo campestre en el mismo prado desde el que seguían despegando y aterrizando los paramotores. El almuerzo, como no podía ser de otra manera, fue un pepito de Ternera de Navarra, que todo el grupo disfrutó mientras compartían su experiencia, sensaciones y emociones de la jornada y del vuelo: “Una compra habitual ha tenido una gran recompensa viendo todo el trabajo que hay detrás, después de visitar la granja de Fermín”, comentaba Cristina Tabar, una de las consumidoras premiadas. “Ha sido una experiencia inolvidable: tanto el volar, como ver in situ en la ganadería el gran trabajo de ganaderos, veterinarios, carniceros… También el respeto y cuidado animal, y la preservación del entorno. Hacen que comer Ternera de Navarra sea algo único”, explicó Carolina del Río.