Las bodegas y viticultores de la Denominación de Origen Navarra han recogido 43 millones de kilos de uva. A falta de recoger las últimas uvas que se destinan a los vinos conocidos como de “vendimia tardía”, el Consejo Regulador ha oficializado el fin de la vendimia en la región con el corte del último racimo protagonizado por el consejero de Desarrollo Rural, José Mª Aierdi y el presidente de la D.O. Navarra, David Palacios en Olite.
Así, termina una vendimia que se iniciaba en torno al 20 de agosto en localidades de las zonas de la Ribera Baja y Alta. Esta cosecha, se ha caracterizado por la bajada en la producción, con un descenso de 13 millones de kilos, la buena calidad de la uva y por el buen hacer y el esfuerzo de las 84 bodegas y 1.600 viticultores que han recogido la uva de más de 9.000 hectáreas de viñedo, tomando decisiones constantes debido a las abundantes lluvias.
“La vendimia de este año la recordaremos como una cosecha corta y heroica. Los viticultores y las bodegas han trabajado duro, tomando decisiones en cada momento marcadas por las cuantiosas lluvias que nos han acompañado a lo largo de toda la campaña. La capacidad de determinación debe ser ágil y conlleva una gran responsabilidad porque marca la calidad de la uva de la nueva añada. Y, precisamente, este buen hacer es el que ha hecho posible vendimiar la uva en su mejor estado. Además, cabe destacar la buena maduración generalizada que augura la elaboración de unos vinos de excepcional calidad”, destacaba el presidente del Consejo Regulador de la D.O. Navarra, David Palacios. Por su parte, el Consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, José Mª Aierdi, ha expresado “Hay que reconocer el trabajo de los viticultores en una campaña muy complicada por las abundantes lluvias y, en general, el de todos los agentes implicados en la cadena. Nos encontramos en un momento de incertidumbre en el mercado del vino y es necesario que viticultores, bodegas y administración rememos de forma conjunta para saber posicionar nuestro producto. Por un lado, porque su calidad lo merece y, por otro, porque la viticultura es una gran aliada de la economía local y el desarrollo de nuestras zonas rurales”.
La Denominación de Origen Navarra es ampliamente reconocida por sus rosados, su emblemática Garnacha y la frescura transversal característica en todas sus elaboraciones. Sus viñedos ubicados al norte de España, algunos de ellos con la mayor latitud del país, le conceden una localización privilegiada con una confluencia de climas, atlántico y mediterráneo, excepcional.
La D.O. Navarra se dividen en cinco áreas de producción diferenciadas, cinco terruños singulares que confieren a los vinos un profundo carácter diferencial: Baja Montaña, Valdizarbe, Tierra Estella, Ribera Alta y Ribera Baja. Cerca del 70% del viñedo lo ocupan variedades autóctonas como la Garnacha y el Tempranillo y el 86% de las uvas producidas son tintas y el 14% son blancas.